La joven pareja puso un anuncio en un periódico regional para publicar su decisión y desde entonces ha recibido más de 800 llamadas, por lo que tendrá que hacer una preselección. Preguntados ante el criterio de selección que van a seguir el matrimonio ha sido muy sincero: "Por sentido común".
Así lo han manifestado: "Si hay una persona que cuenta con familiares que le están dando acogida en alguna otra vivienda, y nos está llamando por otro lado, como ocurrió ayer, una víctima de violencia de género que necesita poner distancia de su entorno porque es protección para su vida y para la de sus hijos, o una señora viuda que tiene tres hijos a su cargo, o una señora que tiene un hijo con discapacidad, uno mismo, entre todas las circunstancias que se valoran, sabe cuando es más acuciante un caso que otro", ha argumentado.
Ante el revuelo generado la pareja ha aclarado que no es un acto de caridad sino "una obligación cívica, moral". Su buena acción está generando un movimiento similar en otras regiones. Por ejemplo, los dueños de otros pisos en Canarias y Bilbao han contactado con ellos para anunciar idénticas ofertas.
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